Rastreando a las enfermeras
Hace pocos días el SERGAS dio a conocer que pondría en marcha una central de teleoperadores destinada a rastrear contactos de contagiados de la COVID-19, pero hasta la fecha disponemos de poca información y solamente expuesta en los medios de comunicación.
A día doce de mayo desde el SERGAS informaban de la existencia de una red de 20 rastreadores de contactos, ampliable a medio centenar. Esa labor se realizaría siempre según informaciones extraídas en prensa, desde una central de teleoperadores destinada exclusivamente a esta tarea, aunque como bien indican no se han concretado fechas ni recursos humanos. Tan sólo filtraciones de un seguimiento multidisciplinar pero que en ningún momento nombra a las enfermeras.
Desde AENSAC, queremos poner en valor a las enfermeras como el personal idóneo para realizar esas labores que desde la OMS consideran parte fundamental para afrontar una correcta desescalada y el control y vigilancia de la epidemia.
Por ello reclamamos acciones urgentes como las tomadas por parte de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha, en donde más de 800 enfermeras de Atención Primaria han empezado a ser formadas debidamente para la realización de notificaciones de casos, realización de encuestas epidemiológicas y el control y vigilancia de los casos sospechosos de COVID-19, así como de sus contactos. Son las enfermeras, dada su contrastada experiencia asistencial, docente e investigadora, las profesionales idóneas para dichas actividades.
Así solicitamos también, de la mano de esa apuesta por las enfermeras, la contratación de un número suficiente de enfermeras de refuerzo para esos centros de salud (más de 400 en Castilla-La Mancha) para fortalecer así un sistema que con la vuelta gradual de la normalidad, no se vea sobrecargado con una actividad ya de por sí elevada.
Castilla La Mancha tiene un encuadre sociosanitario desde hace años que en Galicia no podemos ni soñar. Hablar aquí de determinantes sociales de la salud es hablar de marcianos.